En casos de metatarsalgia mecánica leve se puede comenzar con tratamiento de fisioterapia y cambios en el calzado y la actividad.
Si el dolor es más importante o persistente, se debe realizar un estudio baropodométrico y plantillas a medida con la intención de cambiar la zona de carga de las cabezas de los metatarsianos. Las plantillas suelen llevar una elevación para descargar la zona de hiperpresión.
Cuando las plantillas bien hechas no son suficientes, o si son mal toleradas o difíciles de utilizar en el calzado habitual, el cirujano ortopédico valora alguna técnica quirúrgica para corregir el problema.
La corrección quirúrgica puede realizarse mediante cirugía percutánea, es decir sin exponer los huesos que operamos, sino realizando cortes en los metatarsianos a través de puntos de entrada, guiándonos con un aparato de rayos X. Es una técnica menos invasiva pero menos precisa que la cirugía abierta. Ésta consiste en adecuar la longitud y altura de las cabezas de los metatarsianos mediante correcciones que requieren habitualmente cortes en el hueso y utilización de material de fijación interna, siendo los más usados los tornillos de titanio. Normalmente no es necesario quitarlos en futuras intervenciones. Es importante comenzar pronto la rehabilitación para evitar la rigidez de los dedos que es una de las complicaciones más habituales.
Aunque se puede poner el peso desde el primer momento en el pie operado, conviene que tenga reposo durante unos días y elevación para evitar una gran inflamación. El calzado se va adecuando al pie, siendo difícil utilizar zapato normal hasta pasadas entre 4 y 8 semanas.