En los últimos años la infiltraciones con AH se han extendido a otras articulaciones, como el tobillo, la cadera, el hombro e incluso pequeñas articulaciones de la mano o la temporomandibular.
Las jeringas precargadas suelen llevar sal sódica de AH (hialuronato sódico en concentraciones de 1-2%). El AH se obtiene principalmente de la cresta de gallo o por fermentación bacteriana. Se han desarrollado sistemas de enlaces o estabilización para mejorar la viscosidad y disminuir la degradación o frenarla.
Además se han desarrollado matrices (scaffolds) de ácido hialurónico que se utilizan en el tratamiento quirúrgico de lesiones del cartílago articular, sirviendo de soporte para la reparación de defectos focales.
Actualmente existen también preparados orales de AH que parecen ser efectivos en pacientes afectados con artrosis y enfermedades del cartílago articular.
Las inyecciones intraarticulares de ácido hialuronico son un tratamiento habitual en nuestra práctica clínica diaria. Utilizamos viscosuplementación en las articulaciones afectadas de cambios degenerativos, artrosis o condropatías. La rodilla es la articulación que con más frecuencia recibe este tratamiento, pero lo hacemos en tobillo, cadera, hombro, codo, muñeca, e incluso en articulaciones de la mano o el pie. También utilizamos el AH en infiltraciones junto a corticoides en pacientes con dolor de origen articular sin lesiones anatómicas importantes o en los que el tratamiento conservador no es útil.
Por último en muchas intervenciones por artroscopia (en las que se trabaja con la articulación llena de suero fisiológico), ponemos ácido hialurónico al terminar para mejorar la recuperación.
En los pacientes con síntomas leves y en todos los operados con alguna patología del cartílago recomendamos suplementos orales de ácido hialurónico y condroprotectores como la condroitina y la glucosamina.
Existen muchas marcas de ácido hialurónico para uso inyectable en las articulaciones. Podemos elegir jeringas precargadas para un solo uso cuando el paciente prefiere no venir a consulta más veces o no le es muy agradable la infiltración. Suelen ser pacientes con artrosis de rodilla.
En los pacientes con condropatía de rótula es más frecuente hacer varias infiltraciones cada semana o cada dos semanas para ver la evolución y mejoría progresiva.
El coste de un tratamiento completo de viscosuplementación para artrosis de rodilla oscila entre doscientos y trescientos euros aproximadamente. Las inyecciones de uso semanal vienen a costar aproximadamente setenta euros, depende de la marca y el lugar donde se compre, que puede ser la farmacia o la clínica donde se utiliza. El precio no es el mismo en todas las farmacias.
Las jeringas deben conservarse a temperatura ambiente, no hace falta conservarlas en frigorífico si no hay excesivo calor.
No hemos tenido ningún caso de reacción adversa importante tras cientos de infiltraciones con AH, aunque en algunos casos el paciente tiene dolor unas horas o días después de la inyección intraarticular.