En casos de dolor leve se puede comenzar con tratamiento de fisioterapia y cambios en el calzado y la actividad.
Si el dolor es más importante o persistente, se puede realizar alguna infiltración con corticoides, sobre todo si el paciente lo demanda y tiene miedo a una intervención de otro tipo.
Una opción mínimamente invasiva consiste en tratamiento por radiofrecuencia del neuroma, de modo que con anestesia local y solamente con un pinchazo, realizamos termoablación (radiofrecuencia continua) o radiofrecuencia pulsada (efecto antiinflamatorio) y podemos disminuir los síntomas de forma significativa. El paciente puede calzarse y reincorporarse a las actividades cotidianas en un par de días aproximadamente.
En caso de neuromas grandes o de fallo de las opciones previamente descritas, la extirpación quirúrgica es sencilla. Nosotros la realizamos por el dorso del pie, a través de una incisión de unos dos centímetros. La mejoría es inmediata, aunque debe permanecerse en reposo relativo hasta la retirada de los puntos en dos semanas aproximadamente.