Una vez confirmado el diagnóstico y si el caso no es muy evolucionado lo más aconsejado es comenzar con tratamiento de control del dolor y la inflamación, frío, antiinflamatorios y fisioterapia.
Si no hay respuesta o hay urgencia en la recuperación, por ejemplo ante un partido de fútbol o actuación importante, la infiltración local con corticoide puede ser muy efectiva, incluso definitiva en casos donde existe sinovitis pero osteofitos no o son pequeños. Nosotros aconsejamos utilizar ácido hialurónico junto al corticoide para proteger y nutrir al cartílago en el mismo gesto, ya que la infiltración es intraarticular.
En los casos evolucionados con grandes osteofitos lo más recomendado y lo único definitivo es quitarlos mediante intervención quirúrgica. Cuando se describió el síndrome hace unas décadas la cirugía era abierta, convencional, pero actualmente la realizamos mediante una artroscopia anterior de tobillo, sin apenas incisión, solamente mediante dos pequeños portales que se cierran cada uno con un punto al concluir la intervención. Con la cámara vemos el osteofito dentro de la articulación y vamos resecándolo con instrumentos motorizados que lo van fresando. La sinovial se va retirando a su vez con terminales electrónicos siendo los de radiofrecuencia los que nosotros empleamos.
La dificultad radica en ver y resecar completamente el osteofito. En ocasiones se descubren otras lesiones intraarticulares en el cartílago como artrosis o osteocondritis. El postoperatorio no es complicado, unos días de reposo relativo, mejor con el pie en alto varias horas para evitar inflamación y dolor, aunque se permite el apoyo casi inmediato con bastones. Es bueno comenzar inmediatamente con movimientos de flexoextensión del tobillo, para evitar rigidez potquirúrgica. En un mes y medio aproximadamente puede empezarse a correr y en dos meses aproximadamente el deportista se reincorpora a su actividad.