El tratamiento depende del número de articulaciones y huesos afectados y de la magnitud del desplazamiento. En los esguinces del mediopie grado I (sin desplazamiento entre primero y segundo metarsianos en la radiografia anteroposterior en carga) el tratamiento ortopédico consistirá en un botín de yeso u ortesis durante 6 semanas, y reinicio gradual de la carga del pie.
En los casos en los que existe desplazamiento de los huesos afectados con pérdida de la congruencia articular (esguince del mediopie grados II o III), lo más recomendable es el tratamiento quirúrgico, con reducción abierta o percutánea y fijación interna de las columnas afectadas. La fijación puede realizarse con agujas de Kirschner o tornillos canulados o no, colocados bajo control radiológico. Es crítico controlar la inflamación y el edema, y elegir el momento más adecuado de la intervención para evitar problemas cutáneos tras la intervención.
La inmovilización y descarga postoperatoria oscila entre las 6 y las 8 semanas. La carga posterior es progresiva, protegida inicialmente con ortesis. El material de síntesis puede retirarse a partir de las 12 semanas, incluso antes si son agujas. Hay autores que han utilizado tornillos reabsorbibles para evitar este paso, pero su uso no se ha extendido por el momento. En los casos graves hay cirujanos que recientemente han publicado mejores resultados con la artrodesis primaria que con la osteosínteis.
Las complicaciones de la cirugía incluyen la perdida de reducción, la consolidación viciosa o la ausencia de consolidación de las fracturas, la infección superficial o profunda y las lesiones vasculonerviosas de la zona.
El pronóstico de las lesiones depende del tipo y grado de desplazamiento, de la reducción conseguida y el postoperatorio realizado. Factores de mala evolución son las lesiones de alta energía (tráfico, precipitados), retraso en el diagnóstico y por otro lado las lesiones puramente ligamentosas que a pesar de su aspecto de menor gravedad por no haber fracturas óseas, pueden quedar con mayor inestabilidad y consecuente desarrollo de cambios degenerativos articulares (artrosis del las articulaciones implicadas).
Las lesiones tarsometatarsianas no diagnosticadas a tiempo o no tratadas suelen dar origen a deformidades sintomáticas, con dolores crónicos y discapacidad. En estos casos suele ser necesario hacer una artrodesis (fijación de la articulación) puesto que el intento de reducción ya no es posible o no tendría buenos resultados.